jueves, 28 de abril de 2016

Caos.

Después de un caos terrible en mi vida, buscaba escapar, lejos, muy lejos.
Escapar de la gente, de esta ciudad sin misterios, de esta aburrida rutina.
Años intentándolo, hasta que al fin lo logré. Pero algo iba mal.
Notaba esa misma amargura en mi, ese sentimiento de vacío que tenía antes.
Se supone que es un nuevo comienzo, ¿qué he hecho mal?
Si esto es un nuevo comienzo, empecé con el pie izquierdo.
Alejaba a nuevas personas que solo buscaban mi amistad, alejaba a las personas que harían cumplir ese deseo de vida feliz. Alejaba a las personas que no me habían hecho ningún daño.
¿Será porque ya me acostumbre a ser la chica triste? ¿será porque tengo miedo de que me hieran? ¿sera que mi pasado sigue persiguiéndome? ¿cuál es la solución? 
Pensaba que todo iba a cambiar a bien al llegar aquí, que ilusa fui.
Poco a poco me fui aburriendo de estar con la misma gente, sin motivo alguno.
Poco a poco fui descubriendo cada vez más esta pequeña ciudad, hasta cansarme de ella.
Poco a poco la rutina se me fue haciendo cada vez más aburrida y pesada para mi.
Ellos dicen que no me conformo con nada, pero ellos no lo entienden. Ni siquiera yo.
Y me di cuenta de que ya no era la gente, ni la ciudad, ni la rutina.
Era yo.
Ellos me habían convertido en esto;
Ahora yo soy el caos, y estoy atada a esto.